La Parroquia Rural de Villamayor y el Ayuntamiento de Piloña han participado en el homenaje que se ha celebrado en Madrid a Julio Rodriguez Villanaueva.
Este es el discurso que se leyó en el acto:
Julio Rodríguez Villanueva nació en Villamayor Piloña un 27 de abril de 1928. Desde este pequeño punto en el mapa se hizo universal, desarrollando una carrera profesional brillante, en la docencia y la investigación. Glosar su actividad científica y académica sería casi inabarcable así que nos conformaremos, que no es poco, en hacer una semblanza personal de su vinculación con su parroquia natal.
El padre de Julio era natural de Villamandos (León), Licenciado en Farmacia, el 13 de septiembre de 1923 abrió una botica en Villamayor, en la planta baja de su casa con laboratorio y despacho farmacéutico. Tres años más tarde se casó con Lidia Villanueva Pintueles, natural de Miyares, parroquia colindante a la de Villamayor. Fruto de esta unión vinieron al mundo Julio y su hermana Marisa.
La familia era muy apreciada entre los vecinos por su trato sencillo y la bonhomía de don Julio que no dudaba en ayudar a toso sus clientes y vecinos siempre que podía. Julio Rodríguez dio sus primeros pasos en tres los artefactos del laboratorio de su padre, el cual como un “sabio alquimista” preparaba medicamentos para remediar los males de sus pacientes. Este ambiente probablemente le despertó su curiosidad por la ciencia y estimuló la mente de Rodríguez Villanueva para ya de adulto ser un gran científico.
Julio realizó sus estudios primarios en Villamayor, como bien recordaba en su discurso con motivo del homenaje que se le dio al denominar con su nombre el colegio de Villamayor. “Aquí eche mis raíces del árbol que iba a crecer y que se iba a desarrollar en años futuros”.
Como cualquier niño de su época, bajo la atenta mirada del eterno maestro villamayorino don Benedicto, jugó a la malla o al escondite por los barrio de Villamayor o incluso pescando salmones a mano en el río Grande o Piloña. Pero con los años tuvo que abandonar esta Arcadia Feliz para completar su formación. Siguiendo la tradición familiar se doctoró en Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid, continuando sus estudios en Cambridge orientados a la Bioquímica. Todos estos logros personales no significaron que se olvidase de su “patria chica”, prueba de ello es que siempre que pudo ayudo a sus vecinos.
Debemos destacar dos ejemplos dentro de sus muchos servicios a Villamayor y a Piloña, relacionados con su doble vocación docente y de servicio a la sociedad a través de la investigación.
Por un lado su apoyo imprescindible para que se instalasen unas modernas escuelas de educación primaria en Villamayor. Julio Rodríguez acompañó a una representación vecinal al Ministerio de Educación en Madrid, cuando era Rector en la Universidad de Salamanca, allí con tan importante aval consiguieron entrevistarse primero con el Director General de Educación y más tarde con el Director General de EGB. Fruto de estos esfuerzos en la década de los ochenta se construyó el Grupo Escolar de Villamayor. Merecida recompensa a este esfuerzo es que hoy luzca el nombre de Julio Rodríguez Villanueva. A este acto pudo asistir, durante el curso 1994/95, el propio Julio, quizás uno de los momentos más felices de su vida. El colegio al llevar su nombre seguro que será acicate y ejemplo para futuras generaciones, que siguiendo la senda de nuestro ilustre vecino podrán salir de un pequeño lugar hacia el mundo y emular a nuestro querido científico.
Otro hito en el que la ayuda de Rodríguez Villanueva se tornó imprescindible fue en la obtención del consultorio médico en la parroquia, que da servicio a muchos piloñeses, de nuevo su prestigio abrió puertas hasta aquel momento cerradas.
Como vemos Julio nunca olvidó sus raíces a pesar de encontrarse lejos, hoy nos queda el testimonio de la casa en que se crio, en donde fue creciendo y pasando de niño a adulto.
También contamos con sus descendientes y familia que mantienen viva la llama de su vinculación con el concejo de Piloña y la Parroquia de Villamayor.